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    A pesar de que Chile es un país angosto desde el punto de vista geográfico, la oferta de productos hortofrutícolas no puede ser más variada; Más de 28.000 empresas forman parte de la industria agrícola. La variedad de los productos ofrecidos refleja la variedad del paisaje y del clima.
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TIPOS DE DAÑOS CAUSADOS POR EL FRÍO INVERNAL

Daños al leño y la corteza de la parte aérea de la planta.

Corazón Negro; es uno de los daños por fríos invernales más comunes. La médula generalmente muere y el leño se ennegrece, volviéndose de un color pardo brillante, mientras que el cámbium y la corteza permanecen vivos.
Si los frutales en producción afectados por el “corazón negro” estaban en buenas condiciones antes de producirse el daño, en la mayoría de los casos, el cámbium vivo formará una nueva capa de floema y corteza rápidamente y la planta adulta puede recobrarse y fructificar satisfactoriamente por muchos años subsiguientes.

Daños en la inserción de las ramas; la corteza, el cámbium y floema ubicados en la inserción de las ramas gruesas pueden morir, aunque otras partes de la planta permanezcan sin daños. Se dice que esto se debe principalmente al hecho de que en la base de las ramas principales existe poco follaje, especialmente en las partes superiores y más internas y, como consecuencia, estos tejidos maduran tardíamente, muy sobre la entrada del invierno. Cuanto más erguida sea la rama y más cerrado el ángulo de inserción, mayor será la probabilidad de daño en éstas áreas.

Daño en el cuello; se refiere a la muerte, por frío invernal, de la corteza del tronco en o cerca de la superficie del suelo. Puede producirse la muerte de porciones de la corteza en un lado, o bien toda la planta puede quedar anillada. La enfermedad puede atacar tanta las inserciones como los troncos. Algunos agricultores acostumbran rodear los troncos con montículos de tierra (hasta 50 cm de altura), durante el invierno, como defensa.

Quemaduras por sol en invierno; las quemaduras de ramas en verano pueden ser provocadas por el excesivo calor producido por los rayos directos del sol. El daño conocido como quemadura por sol de invernal, parece producirse por la caída rápida de las temperaturas en días calmos, asoleados y fríos de a mediados de invierno. Los rayos directos del sol golpean el lado expuesto del tronco al atardecer, aumentando la temperatura considerablemente por encima de la del aire. Luego de la puesta del sol, existe una súbita caída de la temperatura del aire y una disminución más lenta de la existente en la corteza y el leño, resultando el daño señalado. Una pulverización con pintura exterior de látex, del lado expuesto al sol, constituye una buena medida de control por unos dos años.

Hendido del tronco; con un clima extremadamente frío, pueden ocurrir rajaduras longitudinales en el tronco, que a menudo llegan hasta la médula. Se piensa que esto es debido a un elevado contenido de agua cerca del centro del tronco y la preponderancia de la tensión tangencial en los tejidos del leño, cuando están bajo la presión del hielo. Las grietas usualmente se juntan cuando la temperatura se eleva y, por consiguiente, la corteza cicatriza formando un callo. Estas rajaduras son comunes en cerezos dulces.

Muerte de ramitas y ramas jóvenes; en inviernos rigurosos es común que esto ocurra en diferentes clases de frutales, particularmente si la brotación ocurrió en la última parte de la estación y las ramitas han entrado al invierno escasamente maduras. El daño frecuentemente sucede en plantas jóvenes y vigorosas y parece se una característica heredada en ciertos cultivares sensibles. El efecto de este perjuicio es similar a la poda de acortamiento de las extremidades de las ramas, a causa de que las yemas vivas más próximas al área dañada crecen vigorosamente, dándola a la copa una apariencia arbustiva.

Daños a las yemas foliares y florales; ocurre cuando se presentan heladas tempranas en invierno. La yema floral “endurece” antes que la yema foliar. Sin embargo, al avanzar el invierno, ésta desarrolla más resistencia al frío que aquella. Las yemas florales de algunos cultivares resisten de -35° a -40° C.
En las grandes áreas de producción, los daños provocados a las yemas florales por fríos invernales, son insignificantes.

Muerte de raíces; las raíces no son tan resistentes como otras partes de la parte aérea de la planta. El comportamiento normal de las raíces consiste en presentar escasa resistencia en otoño, con un aumento en ella durante principios y fines de invierno, alcanzando el máximo a fines de éste y principios de primavera, declinando rápidamente luego que comienza la brotación.
Por varias razones, no es necesario que las raíces sean tan resistentes al frío como la parte aérea. El suelo se enfría más lentamente que el aire y hay una cierta cantidad de calor que asciende desde el subsuelo. Por esta razón, una caída muy rápida de temperatura, luego de un día cálido de invierno, raramente mata las raíces.

Childers, Norman Franklin; Fruticultura Moderna, Cultivo de frutales y arbustos frutales, Tomo I

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